Ayuntamiento de Madrid, 2019.
El diseño y la pintura de este mural en un barrio del centro de la ciudad fue encargado a la artista Raquel Riba Rossy, y fue llevado a cabo con la participación de mujeres que han sufrido violencia de género en algún momento de su vida. Las sesiones creativas de las mujeres con la artista se realizaron durante los meses de enero a marzo de 2019.
A partir del boceto conjunto, en junio de 2019 fue plasmado con la colaboración de la muralista Marta Lapeña en un muro ubicado en la calle Sierpes esquina con la calle Humilladero (distrito Centro). El mural pretende visibilizar y representar las experiencias de violencia pero también de fuerza y empoderamiento de todas las mujeres supervivientes. Expresa también su lucha individual así como el apoyo colectivo que necesitan para lograr esta reparación. Su visibilización pública pretende contribuir a la reparación moral y simbólica de las víctimas, así como sensibilizar y concienciar a la ciudadanía sobre el alcance y gravedad de las violencias machistas.