Caso que afecta a varias mujeres rurales. A mediados del siglo XX, durante el franquismo, se produjo la expropiación de tierras para la construcción de una presa en el pueblo de Jánovas, en el Alto Aragón, por parte de Iberduero (actual Endesa) como empresa concesionaria.

Se calcula que alrededor de trescientas familias fueron desplazadas forzosamente, e Iberduero dinamitó las casas para que nadie pudiera regresar. Sólo dos familias, encabezadas por sendas mujeres que mostraron una gran entereza, resistieron durante más de veinte años, soportando las extorsiones y los sabotajes de la empresa, hasta que finalmente fueron desalojadas por la fuerza.

Pasaron los años y el embalse nunca se llegó a construir. El impacto de la expropiación y el desplazamiento forzado fue muy desigual para las mujeres. Por un lado, en un contexto en el que no tenían reconocido su derecho a heredar ni a la titularidad de tierras, ellas quedaron totalmente invisibilizadas y en una posición de mayor riesgo a la hora de enfrentarse a la violencia de la empresa y de la propia administración del Estado. Por otro lado, en la nueva etapa de adaptación a los nuevos lugares de destino, las mujeres de Jánovas, procedentes del campo, de origen humilde y poco cualificadas, se enfrentaron a la dureza de las grandes urbes y a realizar trabajos, en el mejor de los casos, vinculados al servicio doméstico con bajos ingresos.